28 de marzo de 2012

Diez dulces de Cuaresma

Abstinencia, oración, recogimiento… y los bocados más dulces. La Cuaresma se ha convertido en un periodo en el que la repostería alcanza su punto álgido entorno a unos dulces sabrosísimos que se han sumado a la tradición pascual.

Desde el miércoles de ceniza hasta el Domingo de Resurrección los recetarios dan una vuelta para volver a un capítulo único tanto por su historia como por su sabor: la gastronomía de Cuaresma. Unos platos que, aunque su orígenes haya que buscarlos siglos atrás, allá por la Edad Media, hoy son bocados exquisitos indispensables para todo tipo de paladares: potajes sin carne, pescados blancos y verduras como las espinacas se reparten entre las distintas comidas del día relegando a un segundo plano a alimentos que, durante todo el año, gozan de una popularidad única como las carnes y los embutidos.
No obstante las legumbres, las verduras y los pescados no son los únicos que gozan de privilegios culinarios durante estos 40 días. Los dulces compiten en popularidad con ellos. Pero no unos dulces cualesquiera, sino un conjunto de productos reposteros que muchos se llevan esperando casi 12 meses. Y es que, aunque puedan disfrutarse durante todo el año, estos pasteles alcanzan su culmen en las semanas previas a la Semana Santa.

Torrijas, buñuelos, pestiños… Aunque variados, comparten todos ellos algunos elementos fruto de la unión entre las tradiciones culinarias árabes y cristianas: el uso de la fritura, de la miel, el azúcar, la leche, el vino y la harina o el pan. Suponían en su origen bocados energéticos para suplir el ayuno de determinados productos y aportar fuerzas a los organismos. Asimismo eran elaborados con productos asequibles para la mayoría de la población: podía usarse pan duro, vino aguado y leche… ingredientes fáciles de encontrar en las despensas de los hogares más humildes.

Los más populares: las torrijas

En el sur del país, en ciudades como Sevilla, el dulce típico por antonomasia en estas fechas es la torrija. Elaboradas con leche o con vino como estas hechas con vino tinto o estas otras con una mezcla de vino dulce y vino blanco suponen el más popular de los postres de esta época.
Además, pueden especiarse con diversos aromas como canela, naranja o vainilla, y se prestan a variaciones como éstas elaboradas con una crema de ron que podemos acompañar con helado o una crema fría.
Aunque se trata de otra preparación, la leche frita es otro de los postres típicos de la Cuaresma. De similar preparación son estas torrijas de leche que completamos con unos ricos frutos del bosque.
Dulces fritos
La fritura es la técnica empleada en la mayoría de dulces cuaresmales. Así, por ejemplo, los pestiños bañados en miel  o estos que preparan los expertos cocineros de Casa Alta, Javi y Lucas, que retoman las recetas de antaño para dar origen a bocados únicos.
En zonas del centro del país, los bartolillos de crema gozan de una gran popularidad durante la pascua. Asimismo, los buñuelos también son habituales durante estas semanas. Pueden elaborarse variaciones exquisitas de estas recetas tradicionales como la que propone el conocido repostero Manu Jara, quien elabora unos buñuelos con chocolate y castañas.
 Y en todo el país no pueden faltar estos días los afamados churros, de papa o de rueda son un bocado que ningún goloso quiere perderse.
Eso sí, todos estos dulces han de tomarse con moderación ya que aportan abundantes calorías grasas y azúcares al organismo.

Fuente:   http://www.pasionensevilla.tv/

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