Articulo escrito por Javier Criado publicado en el diario ABC de Sevilla
Sentí envidia el pasado Lunes Santo al ver la cofradía de la Vera+Cruz por las calles de Sevilla.
Disfruté y me emocioné hasta la saciedad. Ya era hora de que la
lluvia -tan bendita y necesaria en tiempo y medida como cruel y
destructora fuera de tiesto- no malograra la principal manifestación
pública de fe que tenemos, en una época en la que caen chuzos de todo
tipo.
Las sagradas imágenes se hicieron para hacer más efectivas las
estaciones de penitencia, las manifestaciones de fe, no para que sus
calidades artísticas impidieran realizarlas. Ni que decir tiene el
profundísimo valor catequético que poseen las escenas representadas en
los pasos. Son una profunda lección evangélica, dado el valor que la
visualización y representación tiene para nuestros conocimientos y
sentidos por las repercusiones psicológicamente internas que contienen.
Pero si la conservación del patrimonio escultórico es importante, esta
realidad no puede cercenar ni impedir lo esencial, es decir la
manifestación de fe.
Mucho menos deben impedirla dorados, bordados y elementos fantásticos
y preciosos pero totalmente secundarios. Se hicieron con trabajo,
esfuerzo y dedicación para mayor magnificencia manifestativa, no para
impedirla. Salir, en caso de dudas climatológicas, con una cruz alzada,
es algo que propuse al Cabildo General de Reglas de Pasión hace más de
dos años. Creímos que sólo iban a votarlo un 1% de hermanos y sin
embargo lo fue por un porcentaje mayor que la salida del Cirineo, tema
antes muy conflictivo. Un 37% votó favorable.
Fuente: www.pasionensevilla.tv
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